Al caminar diariamente por las calles de la ciudad, uno debe constantemente sortear distintos obstáculos, pero uno de ellos es el que más se repite, el estacionamiento de las motos en la vía pública.
Hay casos en los que las personas infringen las normas por desconocimiento de las mismas, pero en muchos otros tantos, por solamente no tomarse el trabajo de buscar un lugar para estacionar y caminar un par de cuadras.
En busca de obtener un interés personal, es decir un beneficio propio, las personas perjudican el interés común estacionando sus vehículos en la senda peatonal, dificultando y hasta a veces inhabilitando el paso de los transeúntes.
Solucionar este problema es cuestión de que cada persona tome conciencia del cuidado y el beneficio de su ciudad como los que la habitan, ya que convive con ellos a diario. Solamente es necesario dejar de lado el egoísmo y la comodidad particular para vivir mejor en sociedad.
Gastón Ovejero Cornejo y Leandro Pujol.